viernes, 24 de agosto de 2012

Primer Curso de Enfermeras




El primer curso de enfermeras, según publicaciones del año 1905, se realizo en el Hospital de San Borja, donde se ubica actualmente el Hotel Crowne Plaza y cuyo único edificio en pie es la Iglesia San Francisco de Borja.

En una sencilla ceremonia se entregaron los diplomas y títulos de la profesión a las alumnas que acababan de terminar el curso de tres años para recibirse de enfermeras en el curso organizado especialmente por el distinguido profesor doctor Moore.

Este curso es el primero que se ha efectuado en Chile para responder a una de las más imperiosas necesidades sociales, no viene de la iniciativa oficial; se debe única y exclusivamente a los desvelos y afanes del distinguido profesor Moore. La escuela dirigida por el doctor Moore, dio principio a sus clases en Mayo de 1902. Tuvo como colaboradores a los doctores Amaral, Fuenzalida, Plaut, Soza, Sanhueza y Gómez, a las señoritas doctores Carmela Quezada y Julia Gutiérrez y a la señorita abogado Matilde Brandau.

En un principio abarco dos ramas: hombres y mujeres. Los enfermeros debieron renunciar al cabo de un año a su propósito, ya que no era posible que encontraran colocación ni en el Ejército ni en la Armada Nacional, para lo que únicamente estaban preparados.

La Escuela de Enfermeras empezó con una matrícula de cien alumnas, luego se seleccionaron 52 y han pasado victoriosamente las pruebas difíciles de tres años de estudios las 28 señoritas que se recibieron el último sábado (mayo 1905).
Como hemos dicho, la escuela no tiene nada de oficial, se debe única y exclusivamente a la iniciativa  y la filantropía gratuita.


En Europa y Estados Unidos el curso dura tres años de constante práctica y estudio en los hospitales. Las nuestras han practicado en las salas y dispensarios que corren a cargo del profesor Moore y en las casas particulares donde han prestado servicios.

Las 28 enfermeras tienen formada una base bastante aceptable de ahorros pecuniarios y están todas colocadas en pleno ejercicio de su profesión. Para los hospitales de Punta Arenas han sido solicitadas cinco, Antofagasta, Talca y Constitución han pedido también el envío de enfermeras.
Un distinguido facultativo calculaba que el país necesitaba mil enfermeras para la Beneficencia y para la clientela privada.

Actualmente está en Europa estudiando la organización de estas escuelas el doctor Amaral, entusiasta propagandista en la materia.
Dadas las completas instrucciones que deben recibir las alumnas, es imposible pensar en poder formarlas perfectamente adecuadas para su cargo en menos de tres años. En ese tiempo es preciso inculcarles nociones de instrucción superior, de que a veces carecen en absoluto y darles un barniz de cultura absolutamente necesario.

Fuera de la práctica, deben adquirir nociones generales de Ciencias  Físicas y Naturales, de Anatomía, Fisiología, Higiene y Farmacia. El programa consulta también el modo de curar a las diversas clases de pacientes, hombres, señoras y niños, afecciones internas, generalidades de Economía Domestica y de Derecho Público Chileno.

Aunque esta magna obra haya pasado y pase aun desapercibida para la protección oficial, que esta vez no ha hecho honor a su renombre de fácil y abundante, a nadie se escapará la trascendental importancia que ha tenido para todos la obra generosa del doctor Moore y sus cooperadores. En Gran Bretaña está fresca en la memoria pública el recuerdo de la célebre Florencia Nightingale, que después de fundar el Cuerpo de Enfermeras inglesas en la guerra de Crimea, dedico su vida a propagar esta institución en el mundo entero.

Las “Nurses” británicas, muchas de las cuales han sido condecoradas por los Soberanos europeos, tienen una página de honor en la historia de las últimas guerras modernas y su acción en la sociedad es de un valor incalculable. Gracias exclusivamente a esta generosa obra, Miss Nightingale, paso en sus últimos años a ser una personalidad de renombre europeo.

Por el modelo de la institución nombrada han sido calcados los cursos de enfermeras chilenas.



1 comentario:

  1. Rafaelca, es posible comunicarse con usted? Mi nombre es Gonzalo Rios Araneda y tengo especial interés en conocer más detalles de este grupo de primeras enfermeras en la historia de Chile. Tengo vínculos remotos con una de ellas. agradecería inmensamente su atención.

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